martes, 9 de marzo de 2010

Y nos llegaron saludos...

lunes, 8 de marzo de 2010

Conmemoración

Preguntas y Respuestas sobre los Derechos de la Mujer

Las mujeres, muchas veces se han preguntado sobre sus derechos, no en forma concreta, sino como una manera de hacer un balance de sus posibilidades. La falta de respuesta, o las falsas verdades que la sociedad les ofrecía como tales, configuró una red de mitos y prejuicios que envolvió a nuestro género como la forma más sutil de sometimiento, relegando el conocimiento de los derechos a un grupo poderoso e intangible y desvalorizando a una gran parte de ellas.
El real ejercicio de los Derechos Humanos consiste en autoconocerse como destinataria de los mismos, por lo tanto es tarea de esta Comisión de la Mujer, difundir estas preguntas y respuestas, para que las mujeres de una manera sencilla accedan a su conocimiento y puedan así asumirse como ciudadanas, sujetos activos en la construcción de una sociedad mejor.

Derechos Humanos de la Mujer


¿Qué son los Derechos Humanos?
Los Derechos Humanos son una serie de derechos que tienen su fundamento en la idea de las necesidades humanas. Con el reconocimiento, ejercicio y protección de estos derechos se pretende satisfacer una cantidad de exigencias que se consideran necesarias para el desarrollo de una vida digna. Algunos de estos derechos son: la vida, la libertad, la educación, la salud, la justicia el trabajo, la seguridad social, etc.
¿Estos derechos existieron siempre?
A lo largo de la historia los individuos y los pueblos bregaron para que su dignidad fuera respetada. Desde muy antiguo hubo filósofos y pensadores que buscaron la protección del individuo frente al poder por medio de la idea del bien común. Pero es en el siglo XVIII cuando estos derechos son consagrados políticamente. A partir de la Constitución norteamericana y del Acta de la Revolución Francesa queda establecido que: "el objeto de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre"
¿A las mujeres se les reconocen sus Derechos Humanos?
Sí, pero esto es bastante reciente pues todos los documentos que se fueron dando a lo largo de la historia hablaban de los derechos del hombre y del ciudadano, excluyendo así a las mujeres. Hasta 1926, fecha en que se reformó el Código Civil, en nuestro país las mujeres no tenían ningún derecho. Su dependencia era total, primero del padre y luego del marido.
¿Qué es la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
En 1948 las Naciones Unidas, después del horror de la Segunda Guerra Mundial, emitieron con acuerdo de todos los países miembros ese importante documento que a lo largo de sus treinta artículos enumera los derechos que le corresponden a todas 1as personas sin distinción de "raza, color, sexo, religión, origen nacional o social, posición económica o, cualquier otra condición". La Declaración Universal es un documento que tiene principalmente autoridad moral, es un marco de referencia que nos permite medir las conductas de sociedades y gobiernos.
¿En qué cambió la condición de la mujer con esta Declaración?
Esta Declaración reafirma su fe en la dignidad y el valor de la persona humana y n la igualdad de derechos de hombres y mujeres. Es el primer documento internacional que iguala la condición de hombres y mujeres en cuanto a sus derechos.
¿Hay algún acuerdo internacional que proteja específicamente los derechos de las mujeres?
Sí, en 1979 las Naciones Unidas aprobaron la Convención Sobre Eliminación de todo forma de discriminación contra la mujer al comprobar que, a pesar de los instrumentos ya sancionados, las mujeres seguían siendo objeto de importantes discriminaciones. El 8 de marzo de 1985 fue aprobada por el Parlamento Argentino, bajo el número de Ley 23.179.
¿Qué dice esta Convención?
La convención que prohibe toda forma de discriminación contra la mujer establece la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y las obligaciones que debe cumplir la sociedad en su conjunto para asegurar estos derechos.
¿Qué compromiso ha adquirido el estado Argentino al ratificar esta convención?
La Argentina al ratificar esta convención se ha comprometido ha adoptar las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo para modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyan discriminación contra la mujer. A demás, en la Reforma Constitucional de 1994 se incluyeron los Pactos de Derechos Humanos en la nueva constitución.
¿El estado Argentino ha cumplido esos compromisos?
Desde la recuperación de la democracia se han reformado y se han sancionando nuevas leyes muy importantes para las mujeres, pero aún falta implementar otras medidas necesarias para que el ejercicio de estos derechos esté al alcance de todas pro igual.

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domingo, 7 de marzo de 2010

La ley de violencia de género no se aplica por falta de dinero

Casi un año después de su sanción, la ley sigue sin reglamentarse.

EL 11 de marzo de 2009, y con los votos de 173 diputados, el Congreso Nacional aprobó la ley contra la violencia de género. En los papeles parecía que al fin desde lo más alto del poder iban a empezar a instrumentarse políticas públicas para prevenir el maltrato contra las mujeres. Pero la realidad es que casi un año después de su sanción, la ley sigue sin reglamentarse. Aún peor: por más que el Poder Ejecutivo la reglamentase en este exacto momento seguiría sin haber fondos para poner en marcha lo que dispone la norma. "En el presupuesto 2010 no se votaron recursos para esta ley", dijo Fernanda Gil Lozano, diputada por la Coalición Cívica.


De la reglamentación de la ley está encargado el Consejo Nacional de la Mujer, dependiente de la Presidencia de la Nación. Clarín se comunicó ayer con el organismo para saber el por qué del atraso, pero contestaron que recién la semana que viene podrían contestar la consulta. Tras las muertes de Wanda Taddei y de la mujer que fue degollada por su pareja en Recoleta el tema de la violencia contra las mujeres se instaló en la cima de la agenda pública.

La norma tiene un nombre extenso ("Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales") y consta de 45 artículos.

Entre sus puntos salientes la ley propone prevenir la violencia contra las mujeres desde la escuela haciendo modificaciones de fondo en el sistema educativo, tanto en textos escolares como en la curricula. También fija todos los ámbitos en los que se ejerce la violencia de género (doméstico, laboral, institucional, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática) y define los tipos de violencia: física, psicológica, económica, patrimonial, sexual y simbólica.

La ley, en los hechos, ya está vigente. Pero hasta que no se la reglamente y se la dote de un presupuesto acorde, sólo se pueden aplicar un puñado de artículos.

"Jueces y juezas tanto del fuero civil como del penal ya aplican las medidas cautelares que están en la ley", contó Analía Monferrer, responsable de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia. Monferrer también recordó que la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal ya aplicó en dos fallos la figura de violencia obstétrica.
Cualquier juez también podría, por ejemplo, emplear el artículo que prohíbe al "presunto agresor la compra y tenencia de armas, y ordenar el secuestro de las que estuvieran en su posesión".

Pero la inmensa mayoría de los artículos de la ley siguen siendo letra muerta. Fabiana Tuñez, coordinadora ejecutiva de la asociación Casa del Encuentro, dijo: "Aunque en esto se van las vidas de mujeres, el Ejecutivo no tuvo voluntad ni de reglamentar la ley ni de dotarla de un presupuesto". Y añadió: "Se podrían haber empezado a diseñar campañas de prevención y de capacitación a las fuerzas de seguridad y a jueces. Es un trabajo a largo plazo, pero justamente por eso es urgente empezarlo ya".

Ninfa Brugo Marcó, titular de la Comisión de Mujer de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, apuntó lo que considera una falencia de la ley: que no se hable de sanciones ni penalizaciones contra el hombre violento.
Monique Thiteux-Altschul, directora de la Fundación Mujeres en Igualdad, se esperanzó: "Habría que ver si en la reglamentación se agregan sanciones".
Aunque no la satisfacía del todo, la diputada Gil Lozano votó la ley: "Me pareció que entre algo y nada era mejor tener algo".
La diputada es muy critica de la norma, entre otras cuestiones, también por la falta de penalizaciones. "El aumento de crímenes indica que no sirvió para nada. Además está claro que no son prioridad de este gobierno las políticas de género, por más que esté a cargo de una mujer".
http://www.clarin.com/diario/2010/02/26/um/m-02147913.htm

Para compartir!!!


Infancias decentes

Educar tanto a las niñas como a los niños

Tema de la campaña La igualdad de género en el corazón del trabajo decente, 2008-2009

Existe un entendimiento universal y una visión internacionalmente compartida de que la educación para todos es clave para el desarrollo. Para los aproximadamente 218 millones de niños inmersos en el trabajo, el acceso a una educación de calidad representa una vía hacia una vida mejor. Los expertos han recalcado que educar a las niñas allana el camino a cambios de mayor magnitud en la familia, la sociedad y el lugar de trabajo. En varios estudios también se ha señalado que existe una fuerte relación entre el mejor acceso a la educación para las niñas y el crecimiento del PIB.


Numerosos obstáculos se interponen al acceso de las niñas a la escolarización. Cuando las familias disponen de recursos limitados suelen tener que elegir entre escolarizar a sus hijos o a sus hijas y es posible que la decisión no guarde relación con las aptitudes naturales, las calificaciones o el grado de motivación del niño o de la niña en cuestión. Estos roles de género preestablecidos no redundan necesariamente en beneficio de los varones jóvenes, e incluso llegan a perjudicarles. Desde temprana edad, suelen sentir la pesada carga de tener que desempeñarse bien académicamente –tal vez más allá de su capacidad- a fin de satisfacer las expectativas de éxito que su familia deposita sobre ellos.

Las relaciones de género desparejas favorecen un círculo vicioso de inversión insuficiente en las niñas de generación en generación, que comienza en las etapas más tempranas de su vida y se prolonga a lo largo de todo su ciclo de vida. En la actualidad, las mujeres representan más de dos tercios de los 860 millones de analfabetos en el mundo. Las niñas asumen gran parte de las tareas del hogar no remuneradas en el entorno familiar, entre otras cosas, cuidar de los niños, cocinar, limpiar, juntar agua y buscar combustible. En algunas comunidades pobres se espera que las niñas contribuyan a los ingresos del hogar. Cuando las niñas van a la escuela, les queda poquísimo tiempo para estudiar. También puede ocurrir que se las impulse a trabajar en el servicio doméstico u otro tipo de trabajo, o que incluso sean objeto de trata o de prostitución.

La educación siembra la semilla de la igualdad de género. Habida cuenta de la discriminación directa e indirecta hacia las niñas y las mujeres, se recomienda la adopción de medidas específicas para que en los planes, políticas y programas nacionales se prevea facilitar el acceso de las niñas a la educación. Esto, a su vez facilitará el futuro acceso a un trabajo decente.

http://www.ilo.org/gender/Events/Campaign2008-2009/lang--es/WCMS_093663/index.htm

Desafiando el silencio: medios de comunicación contra la violencia sexual



La violencia sexual en los conflictos armados, la justicia de género, las posibilidades que ofrece la Corte Penal Internacional y las experiencias en procesos de justicia local son los temas que LolaMora Producciones junto con la Corporación Humanas (Ecuador-Chile), están desarrollando en el proyecto Justicia de Género y Corte Penal Internacional: una estrategia urgente con y a través de los medios de comunicación.

La primera parte del proyecto se esta desarrollando en África: República Democrática de Congo, Ruanda y Angola, con el lema Desafiando el silencio: medios de comunicación contra la violencia sexual. Durante la siguiente fase del proyecto nuestros esfuerzos se centrarán en América Latina (Colombia, Guatemala, Perú y Chile) y en Europa (Ex Yugoslavia y Países Bajos).


El proyecto consiste en una campaña mediática a través de la cual sensibilizar y ejercer presión. Se están apoyando, promoviendo y fortaleciendo estrategias regionales de incidencia política y social de las mujeres en torno al tema violencia sexual, desde la perspectiva de los avances que, en materia de justicia de género, brinda el Estatuto de la Corte Penal Internacional.

La campaña está dirigida a exigir a los Estados, y promover en la sociedad civil, el reconocimiento de la violencia sexual contra las mujeres como un tema de las agendas de seguridad ciudadana y responsabilidad social.

Para ello, la estrategia de la campaña se centra en NOMBRAR el delito; AVERGONZAR a quienes los cometen; RESALTAR las acciones que actúan en favor de las víctimas y DENUNCIAR a los responsables de la violencia sexual contra las mujeres.

Los ejes en los que se articula la campaña son tres: establecer una agenda informativa local, nacional e internacional; intercambio de conocimiento con periodistas locales y producción mediática local e internacional (audio, vídeo, prensa e internet). Para ello se están formando equipos mixtos de periodistas de las tres regiones geográficas involucradas en el proyecto: América Latina, la región de los Grandes Lagos de África y Europa.

Este proyecto surge como respuesta a la demanda de las organizaciones de mujeres trabajando en América Latina por la justicia de género en el marco de la Corte Penal Internacional.

http://www.lolamora.net/
http://www.justiciadegenero.net

Violencia contra la mujer

La violencia contra la mujer es un fenómeno tan extendido que el Secretario General de las Naciones Unidas recientemente no escatimó palabras para definirlo como “pandémico” y, por ello, “uno de los más grandes desafíos de nuestra época”.

Cada día y en todos los lugares del mundo las vidas y los derechos de millones de mujeres están en peligro debido a abusos relacionados con cuestiones de género. Y sin embargo, las medidas de prevención y recurso efectivo han tardado en llegar. El 8 de marzo, día de la mujer, ofrece también una oportunidad para la reflexión sobre esta cuestión y, lo que es más importante, sobre cómo hacer frente de una forma efectiva a esta injusticia global.


Los datos disponibles no sólo justifican sino que exigen que haya un compromiso para la adopción de medidas concretas. Las mujeres, en sus vidas cotidianas, en el núcleo familiar, como ciudadanas, en su lugar de trabajo o en busca de mejores oportunidades, en la paz y en la guerra, en los campos de refugiados, se enfrentan a una variedad de abusos que se sobreponen quedando a menudo impunes.
Un estudio llevado a cabo en 71 países por la Organización Mundial de la Salud reveló que la violencia dentro de la pareja afectó del 23 al 49 por ciento de las mujeres en la mayoría de los lugares contemplados en el estudio.
UNICEF informó que, en la actualidad, 130 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día han sufrido mutilación genital femenina.
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, 5.000 mujeres mueren cada año como consecuencia de los denominados “crímenes de honor” cometidos por miembros de sus familias. La violación y otros actos de violencia sexual se han utilizado masivamente como instrumento de guerra en Ruanda, Bosnia, Sierra Leona y otros lugares.

Y ésta es sólo la punta del iceberg. Es difícil la recopilación de información exhaustiva sobre la violencia y los abusos contra la mujer, bien por el estigma al que se asocia y el miedo a las represalias, bien porque este tipo de violencia es ampliamente aceptado como un hecho común y casi inevitable, y por ello no digno ni de consideración ni de solución. Aunque la violación, la mutilación genital, el abuso doméstico y conyugal, y ciertos castigos tradicionales como la lapidación y las quemaduras tienen mas posibilidades de alcanzar o de llegar a los titulares del momento y provocar indignación, el infanticidio femenino, la selección prenatal del sexo y la desatención sistemática de las niñas quedan fuera del radar de las autoridades nacionales e internacionales, y alejados del punto de mira de los medios de comunicación y del público. Sin embargo es obvio que la discriminación y la pobreza exponen a cientos de millones de niñas y mujeres a este tipo de abusos colaterales. La consiguiente negación de derechos básicos como el acceso a los servicios de salud, a la vivienda, a la educación, a la alimentación y al agua, así como a la propiedad, afecta masivamente a las mujeres dejándolas sin los medios y las herramientas necesarias para hacer valer sus derechos en igualdad.

Lamentablemente la cada vez mayor claridad que aporta la legislación internacional no se ha correspondido con la implementación, políticas y prácticas de los Estados, especialmente donde más importa, es decir, en las vidas diarias de las mujeres de todo el mundo. Como resultado, el patriarcado, a menudo reforzado por la presión de grupos culturales y religiosos o por la competitividad por el empleo, continúa dominando las relaciones familiares y comunitarias.


La abdicación del Estado respecto de su responsabilidad de proteger los derechos humanos de las mujeres es inaceptable, tanto si se debe a una táctica como si es el resultado de la negligencia o equívocos sobre prioridades y valores. La incapacidad de responsabilizar a los agresores de sus actos es especialmente inaceptable. No hay nada inevitable en materia de violencia contra las mujeres y nada que ganar desviando la mirada hacia el otro lado. Por el contrario, hay muchas pruebas que confirman que promover y defender los derechos humanos de la mujer hace avanzar a las sociedades en su conjunto.
Lo que se requiere ahora no es sólo un día de reflexión y más promesas retóricas sino un liderazgo decisivo y un compromiso sostenible en el tiempo para poner fin a las prácticas abusivas y la discriminación que impiden avanzar a las mujeres.

Louise Arbour
Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

http://www.cladem.org/index.php?option=com_content&view=article&id=389:violencia-contra-la-mujer&catid=41:articulos&Itemid=130

Violencia sexual como crimen de lesa humanidad

Viernes, 05 de Marzo de 2010
CLADEM- Argentina e INSGENAR presentaron el día martes 09 de febrero de 2010, ante los Tribunales de San Martín, Pcia. de Buenos Aires, en el marco de la causa “Riveros”*, un Amicus Curiae con opinión fundada y argumentos técnico-jurídicos para aportar a la investigación y juzgamiento de los delitos sexuales cometidos durante la última dictadura militar.
Estos delitos contra la integridad sexual, cometidos mayoritariamente contra mujeres, están contemplados en el Código Penal y en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y son crímenes de Lesa Humanidad que el Estado argentino tiene la obligación internacional de investigar y sancionar a los fines de garantizar el derecho al acceso a la justicia sin discriminación de ningún tipo.
Las violaciones sexuales formaron parte del plan sistemático de represión destinado a doblegar la resistencia de las víctimas, a humillarlas y degradarlas. Estos delitos fueron denunciados en varias oportunidades en diversas causas que se ventilan a nivel nacional. Sin embargo, ningún tribunal ha investigado o juzgado estos crímenes, quedando en la impunidad. Esto facilita y contribuye a la reproducción de una cultura de violencia contra las mujeres.
Con esta presentación esperamos contribuir a la visibilización de la violencia de género presente en el accionar de las Fuerzas Armadas, a los fines de obtener una adecuada reparación de las víctimas, lo que necesariamente implica reconocer que las violaciones sexuales son crímenes de lesa humanidad.

http://www.cladem.org/index.php?option=com_content&view=article&id=470:violencia-sexual-como-crimen-de-lesa-humanidad-&catid=49:ultimas-noticias&Itemid=112

"5.000 mujeres al año son asesinadas en nombre del honor y eso no es noticia en el mundo"

04 de marzo, 2010
ONU destaca alto número de mujeres asesinadas en nombre del “honor”

Cada año unas 5.000 mujeres son asesinadas en nombre del honor y ese hecho no es noticia en el mundo, advirtió hoy la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
En un mensaje con motivo del “Día Internacional de la Mujer”, que se celebrará el 8 de marzo, Pillay sostuvo que so pretexto de la dignidad, mujeres y niñas siguen siendo fusiladas, apedreadas, quemadas, enterradas vivas, estranguladas, asfixiadas o apuñaladas hasta la muerte con una frecuencia escandalosa.
Las razones para estos asesinatos incluyen desde la consideración de que ha violado las normas de la familia o la comunidad con su conducta sexual, hasta la expresión del simple deseo de escoger un marido de su propia elección, querer el divorcio, o reclamar una herencia.
Pillay sostuvo que el problema se agrava por el hecho de que en algunos países los sistemas jurídicos, exoneran parcial o totalmente a los culpables.
Tras reprobar ésta práctica, una de las formas más extremas de violencia contra la Mujer, la Alta Comisionada recordó a los Estados su responsabilidad de defender los derechos de la mujer y garantizar la no discriminación.

http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?NewsID=17791

Conclusiones del Foro Europeo de Mujeres Beijing+15 celebrado en Cádiz

Una de las principales conclusiones de este Foro es que, aunque se ha avanzado en muchos de los objetivos planteados en Pekín, este desarrollo no ha sido homogéneo.
Además, se resaltó que “las cosas han cambiado mucho en los Estado europeos, pero han surgido nuevos retos. Hay que combatir nuevas formas de discriminación, que van apareciendo ligadas a las nuevas realidades sociales”. Así, se detecta que la discriminación se centra más ahora en miles de inmigrantes “que llegan a Europa buscando un futuro mejor”, o en las mujeres que tienen un empleo precario o son víctimas de la violencia. Las participantes se mostraron esperanzadas en que todos los compromisos adoptados en Pekín podrán cumplirse porque “ahora las mujeres tienen más poder que nunca”.
La lucha continúa para “que cada una logre ser esa mujer única e irrepetible que todas soñamos ser”.

Soy feminista

Nunca he declarado la guerra a los hombres; no declaro la guerra a nadie, cambio la vida: soy feminista.
No soy ni amargada ni insatisfecha: me gusta el humor, la risa, pero sé también compartir los duelos de las miles de mujeres víctimas de violencia: soy feminista.
Me gusta con locura la libertad más no el libertinaje: soy feminista.
No soy pro-abortista, soy pro-opción porque conozco a las mujeres y creo en su enorme responsabilidad: soy feminista.
No soy lesbiana, y si lo fuera ¿cuál sería el problema? Soy feminista.
Sí, soy feminista porque no quiero morir indignada.
Soy feminista y defenderé hasta donde puedo hacerlo a las mujeres, a su derecho a una vida libre de violencias.
Soy feminista porque creo que hoy día el feminismo representa uno de los últimos humanismos en esta tierra desolada y porque he apostado a un mundo mixto hecho de hombres y mujeres que no tienen la misma manera de habitar el mundo, de interpretarlo y de actuar sobre él.
Soy feminista porque me gusta provocar debates desde donde puedo hacerlo. Soy feminista para mover ideas y poner a circular conceptos; para deconstruir viejos discursos y narrativas, para desmontar mitos y estereotipos, derrumbar roles prescritos e imaginarios prestados.
Soy feminista para defender también a los sujetos inesperados y su reconocimiento como sujetos de derecho, para gays, lesbianas y transgeneristas, para ancianos y ancianas, para niños y niñas, para indígenas y afrodescendientes y para todas las mujeres que no quieren parir un solo hijo más para la guerra.
Soy feminista y escribo para las mujeres que no tienen voces, para todas las mujeres, desde sus incontestables semejanzas y sus evidentes diferencias.
Soy feminista porque el feminismo es un movimiento que me permite pensar también en nuestras hermanas afganas, ruandesas, croatas, iraníes, que me permite pensar en las niñas africanas cuyo clítoris ha sido extirpado, en todas las mujeres que son obligadas a cubrirse de velos, en todas las mujeres del mundo maltratadas, víctimas de abusos, violadas y en todas las que han pagado con su vida esta peste mundial llamada misoginia.
Sí, soy feminista para que podamos oír otras voces, para aprender a escribir el guión humano desde la complejidad, la diversidad y la pluralidad.
Soy feminista para mover la razón e impedir que se fosilice en un discurso estéril al amor.
Soy feminista para reconciliar razón y emoción y participar humildemente en la construcción de sujetos sentipensantes como los llama Eduardo Galeano.
Soy feminista y defiendo una epistemología que acepte la complejidad, las ambigüedades, las incertidumbres y la sospecha.
Sé hoy que no existe verdad única, Historia con H mayúscula, ni Sujeto universal. Existen verdades, relatos y contingencias; existen, al lado de la historia oficial tradicionalmente escrita por los hombres, historias no oficiales, historias de las vidas privadas, historias de vida que nos enseñan tanto sobre la otra cara del mundo, tal vez su cara más humana.
En fin soy feminista tratando de atravesar críticamente una moral patriarcal de las exclusiones, de los exilios, de las orfandades y de las guerras, una moral que nos gobierna desde hace siglos. Trato de ser feminista en el contexto de una modernidad que cumple por fin sus promesas para todos y todas.
Como dice Gilles Deleuze "siempre se escribe para dar vida, para liberarla cuando se encuentra prisionera, para trazar líneas de huida". Sí, trato de trazar para las mujeres de este país líneas de huida que pasen por la utopía. Porque creo que un día existirá en el mundo entero un lugar para las mujeres, para sus palabras, sus voces, sus reivindicaciones, sus desequilibrios, sus desórdenes, sus afirmaciones en cuanto seres equivalentes políticamente a los hombres y diferentes existencialmente.
Un día, no muy lejano, espero, dejaremos de atraer e inquietar a los hombres; dejaremos de escindirnos en madres o putas, en Marías o Evas, imágenes que alimentaron durante siglos los imaginarios patriarcales; habremos aprendido a realizar alianzas entre lo que representa María y lo que significa Eva. Habremos aprendido a ser mujeres, simplemente mujeres. Ni santas, ni brujas; ni putas, ni vírgenes; ni sumisas, ni histéricas, sino mujeres, resignificando ese concepto, llenándolo de múltiples contenidos capaces de reflejar novedosas prácticas de sí que nuestra revolución nos entregó; mujeres que no necesiten más ni amos, ni maridos, sino nuevos compañeros dispuestos a intentar reconciliarse con ellas desde el reconocimiento imprescindible de la soledad y la necesidad imperiosa del amor.
Por esto repito tantas veces que ser mujer hoy es romper con los viejos modelos esperados para nosotras, es no reconocerse en lo ya pensado para nosotras, es extraviarse como lo expresaba tan bellamente esta feminista italiana Alessandra Bocchetti. Sí, no reconocerse en lo ya pensado para nosotras. Por esto soy una extraviada, soy feminista. Y lo soy con el derecho también a equivocarme.

Florence Thomas
Cofundadora del grupo Mujer y Sociedad
Facultad De Ciencias Humanas
Universidad Nacional De Colombia
Marzo, 2008

jueves, 4 de marzo de 2010

Mujeres

Según un estudio de la Unión Interparlamentaria, el número de mujeres que son jefes de Estado todavía es muy pequeño. Sólo nueve mujeres tienen esa responsabilidad en el mundo y la cifra se reducirá a ocho con la salida de Michelle Bachelet de la presidencia de Chile. Argentina, Finlandia, Irlanda, India, Liberia, Lituania, Filipinas y Suiza son los otros países gobernados por mujeres. Por otro lado aumentó la cantidad de mujeres legisladoras. Desde 1995, el porcentaje femenino en los Parlamentos de todo el mundo pasó de 11,3 por ciento a 18,8 por ciento de la actualidad.

Pirulo de tapa - Página12